Neil Gaiman dijo alguna vez que los comics se venden por el arte gráfico y se recuerdan por las historias... o como dice el dicho: De la vista nace el amor.
En los 80s, Marvel Comics se mantenía básicamente de la venta de los títulos de mutantes; los Avengers estaban relegados al fondo y Spider-man batallaba con estar al nivel de los X pero lo hacia dignamente.
A finales de los 80s y principios de los 90s esas ventas eran en gran medida a un grupo de jóvenes y talentosos dibujantes que revolucionaron la manera de contar una historia gráficamente.
Estos dibujantes no habían alcanzado el tope de su potencial y Marvel ya les debía hasta el alma: Todd Mcfarlane y Erik Larsen en las páginas de Spider-man; Rob Liefeld, Marc SIlvestri y Jim Lee en los títulos de X-men, Jim Valentino en Guardians of the Galaxy... y, aunque Marvel les debía el alma, el esquema de recompensas, crédito por el trabajo y demás menesteres legales, así como monetarios que regían a la industria del comic (entiéndase DC y Marvel) eran tan injustas, que Jack Kirby, Jerry SIegel, Joe Shuster y muchos creadores más, habían sido y serían victimas durante décadas de ese sistema.
Es en ese contexto que estos señores un buen día decidieron renunciar en grupo a Marvel y lanzarse en aventura a fundar su propia editorial que les permitiera publicar y ser dueños totales de sus personajes, historias, arte y de sus nombres.
Así es como en 1992 nace IMAGE comics... cada artistas estableció su estudio y marca (que vendría a ser un universo independiente de historias y personajes) con su sello e identidad particular.
Todos eran fantásticos y les permitieron crecer, experimentar y, sobre todo, aprender y madurar.
En esta entrada sigo con Wildstorm de Jim Lee pero con otro personaje al que ya mencioné en otra entrada: Deathblow
¿Qué pasa cuando un master como Jim Lee, con bríos de juventud, sin restricciones, en su propia compañía... decide rendir homenaje a otro master como Frank Miller y trabajar con su propia interpretación del estilo de arte que tanto admira?
Michael Cray es un Navy Seal que además tiene un factor de curación (similar a... Wolverine) y psico kinesis. Es un operativo de misiones especiales que, cuando es diagnosticado con un tumor cerebral, quiere enmendar sus actos y compensar por las vidas que tomó.
El personaje creado por Jim Lee y Brandon Choi puede sonar genérico para los 90s (y la verdad es que si) pero, como dijo alguien por ahí: no hay malas ideas solo malas ejecuciones o malos escritores.
Deathblow ha tenido varias aventuras y sigue vigente (más o menos) cuando DC permite que se usen los personajes de Wildstorm. El primer volumen es para hacer explotar la mente una vez más por el arte de Jim Lee experimentando con el estilo de altocontraste de Frank Miller (ya lo verán en las imágenes).
Lamentablemente en ese sentido, Jim solo dibujó 3 números contando el número 0, después cayó en manos de Tim Sale quien es excelente artista en alto contraste por el mismo pero... cuando un adolescente fan de Jim Lee le cambias tan abruptamente... no... simplemente no es la mejor idea. Eso no significa que el comic demerite pero simplemente no es lo mismo.
Un experimento con un potencial que nunca se ha explotado como pudiera.
=== DEATHBLOW vol. 1 ===
