<center>![the-one-that-got-away.jpg](https://steemitimages.com/DQmNXxB9HAueMYyiTkmiRt39tSWt5oCviCGbYKmXvXHAKGe/the-one-that-got-away.jpg)
[Fuente.](http://andrealucado.com/2016/05/23/hes-not-the-one-that-got-away/)</center>
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Separados por multitudes de obstáculos, así comenzó nuestra historia. 
A medida que pasaba el tiempo, los impedimentos se hicieron mayores. Comencé a darme cuenta de lo *imposible* de este amor, pero eso no lo hizo menos real. 
Quizá por eso estoy escribiendo esta *genuina declaración de amor*. 
La tristeza generada por la imposibilidad de materializar mis sentimientos, es realmente triste. Hoy sólo me queda esperar que tu esencia alcance mis sueños. 

Debo confesar que aún permanecen latentes en mi las ganas de descubrir eso que tanto promete tu interior, de descubrir qué hay más allá de ese exterior lleno de colores y luces. Aún no he renunciado al deseo de la emoción de la espera, al deseo de indagar un poco - *o mucho* - más allá. 

A veces aún siento la esperanza renacer junto con mis ganas de decírtelo todo, pero me gana un mundo de imposibilidades, un mundo en el que el misterio y la lejanía parecen permanecer presentes. 
Eso de cruzarte por mis pupilas y que no seas consciente de ello realmente acelera mi corazón. Ojalá esta sensación constante de temor se vaya algún día, ojalá pudiera hacer algo para poder - *al menos* - reducir las imposibilidades. 

No tengo idea de cómo será el día de mañana, de qué pasará contigo, conmigo, con nosotros. Lo que sí sé es que existen un sinfín de posibilidades y que nunca podré llegar a olvidarte. 

Quizá sólo estoy siendo egoísta y terriblemente masoquista al aferrarme a un amor que sé que ya no puedo tener. Quizá sólo soy yo en mi vago intento de aferrarme a algo que haga que quiera despertarme en las mañanas.
Y es que no entiendo esta necesidad de expresarlo todo, esta necesidad de decirlo hasta que se me acaben las letras o hasta que me venza la desesperanza. No entiendo por qué sigo empeñada en seguir queriéndote como te quiero. 

Pero a pesar de las circunstancias, de tus errores y de los míos, no quiero que te conviertas en un recuerdo más que va tan rápido que no puedo asimilar.

No quiero que esto se lea como otro intento inocente e insistente en el que hago que mis dedos sigan su curso.  No, esta noche estoy consciente y no quiero que las letras se apilen desordenadamente en montones.  

Muchas veces me ha tocado fingir que estoy pensando cuando en realidad me bloqueo. Rara vez se me da eso de decir lo que siento. Extrañas veces puedo saber identificar emociones y procesarlas. Y sin embargo, hoy me encuentro escribiendo esto; una carta, una declaración de amor, un grito desesperado. Si algún día la lees sólo quiero que sepas que no espero que me quieras de la forma en la que quiero. Quiero que sepas que te vi y que aún puedo verte. Que te veo y te reconozco incluso más de lo que tú lo haces contigo mismo. Y es que no puedo evitarlo, no puedo evitar no observarte, no notarte, no tenerte presente en mi vida. 

Quererte es un sinfín de contradicciones. Algo recorre mi cuerpo llenándolo de emoción y de una profunda tristeza. Te tengo tan trágicamente distante pero tan cotidianamente cerca que duele incluso respirar. 

Nuestros caminos siempre han sido distintos, siempre han estado separados en una forma no física. Y ahora tengo el alma rota y con un suspiro ahogado en el viento que nadie pudo evitar.

No tienes idea de lo difícil que es luchar con no encontrarte. No tienes idea de lo triste que es observarte desde mi ventana sin tener la más mínima idea de que hay alguien observándote en la distancia.
No tienes idea de lo complicado que se vuelve eso de las relaciones cuando tu mente y tu corazón están con otra persona. No se qué nos pasó, no sé cuándo tu amor cesó, no se por qué no puedo olvidarte, por qué mi sentido común se esfuma al tratarse de ti. No se de dónde viene incesante necesidad de sonreír mientras algo dentro mi se rompe cada vez que pienso en ti. Y mira que de verdad lo intenté, me lo negué y prohibí pero al final de cuentas resulté ser el único corazón enamorado.