Una de las últimas discusiones con respecto al género se da en el seno de la gramática, entendida esta como , el "conjunto de normas y reglas para hablar y escribir correctamente una lengua." Platicando un día con alguien a través de una aplicación, hubo algo que me llamó la atención de él/ella. "Les libertaries me gustan"- Debo admitir que aquella observación del movimiento libertario socialista me generó una pequeña carcajada, pero luego me generó unas cuantas dudas: 

## <h2>**¿Hasta qué punto nosotros podemos tanto ajustarnos a las normas de la gramática como abolirlas o reformarlas? ¿Es el uso de las Xs, Es, @s  e incluso /s una simple moda, algo de lo cual nos reiremos en un futuro (aunque ya es objeto de burla?** 



Y decidí inmiscuirme en el tema.




Para comenzar, la gramática, siempre emparentada con el lenguaje, es aquella que nos ayuda a gestar lo pensado en el descontrol mental, hasta hacerlo coherente en una frase. Lo preconcebido al observar una cosa, y el decir "Eso es está allí" (estructuras del sujeto y predicado) constituye también una parte esencial de la gramática, para evitar decir una incoherencia y no quedar como un disléxico o un simple loco e inadapatado. El estigma de aquel que no puede llegar a ser coherente adquiere una diversidad de matices. 

En efecto, **la dialéctica comienza en el momento en que el Género, se abstrae y se aleja del marco binario en el que se encuentra enclaustrado**: Hombre/Mujer, Dentro/Fuera, Interior/Exterior, Civilizado/No Civilizado, Humano/No Humano, Moral/Inmoral, etc. No hallando herramientas ni palabras para explicar peculiares "fenómenos", nos hallamos frente a una relación de tipo foucaultiana: El no estar ajustado a la norma bajo la constante vigilia, conlleva a un castigo.

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Entendamos, pues, a la persona o al Ser Humano, de cierta manera, a través de una perspectiva platónica. La persona, en su sustancia más pura, es (y no es); es libre, gozando de una libertad pre-social. El sexo, a modo de juez, dicta la sentencia y le pone grilletes a esta. El golpe (o sentencia final) para el Ser se convierte en el Género, convirtiéndole en la cárcel. 

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**¿Corresponderían estos términos para aludir a como somos, en estricto rigor, a una ilusión?** En términos nietzchianos, Michael Haar, afirma que numerosas corrientes filósoficas que tratan de ahondar en las causas (en lo ontológico) se han quedado estancadas: Quiméricas, son, pues, las ilusiones que se dan entre el "Ser" y "Sustancia", obedeciendo a la lógica propia de la gramática del Sujeto y Predicado. Empero - continúa Haar -, estos mismos constructos, conforman los medios filosóficos artificiales mediante los cuales se crean de manera efectiva la simplicidad, el orden y la identidad. **Pero en ningún caso muestran ni representan un orden real de las cosas.**

A partir de una lo mencionado anteriormente, veremos que si nos esforzamos al encontrar una genealogía del Género (como Butler lo hizo en "El Género en Disputa), no encontrando pues, un orden real de las cosas en la gramática, se llega hasta una destrucción de la lógica. Implicando, ergo, que las categorías psicológicas basadas en esta lógica desaparezcan en su conjunto:

*"Todas las categorías psicológicas (el yo, el individuo, la persona) proceden de la ilusión de identidad sustancial. Pero esta ilusión regresa básicamente a una superstición que engaña no sólo al sentido común, sino también a los filósofos, es decir, la creencia en el lenguaje, y más concretamente, en la verdad de las categorías gramaticales. La gramática (la estructura del sujeto y predicado) sugirió la certeza de Descartes de que *yo* es el sujeto de *pienso*, cuando más bien son los pensamientos los que vienen a *mí*: en el fondo, la fe en la gramática solamente comunica la voluntad de ser la *causa* de los pensamientos propios. El sujeto, el yo, el individuo, son tan sólo falsos conceptos, pues convierten las unidades ficticias en sustancias cuyo origen es exclusivamente una realidad linguística" (Haar, en Butler, 1990)*

**La certeza de la gramática, subyugada a la máxima de "Cogito Ergo Sum"/ "Pienso, luego existo", donde uno "es" a medida que uno piensa, se convierte en una ilusión, debido a que supeditamos nuestro Ser a categorías gramaticales que presuponen "verdades", únicas y absolutas, no sujetas a cambio alguno. La gramática, se convierte en un dogma que envenena las relaciones entre seres, al dotarlos de género.**

Monique Wittig, filósofa feminista, por su parte, sostiene que las personas **no pueden adquirir significado dentro del lenguaje sino a través de la marca del género.** *"No sólo designa a personas, sino que constituye una episteme conceptual mediante la cual se universaliza el marco binario del género"*. La coherencia, característica de la gramática, se emparenta con el Género socialmente construido a lo largo de Historia en Occidente: **La trifecta de sexo, género, y deseo, se realiza sólo y cuando el sexo prescinde del género (entendida como la designación/dotación cultural del yo) y el deseo cuando es heterosexual**. y adquiere una relación de oposición con respecto al otro género opuesto que lo desea. Esta coherencia, estabilidad o rectitud (no es coincidencia que el ser heterosexual en Inglés signifique straight), condensada en el principio de heterosexualidad obligatoria, adquiriendo ramificaciones sociales e institucionales, atenta contra el Ser. El Ser, se ve supeditado a una errónea relación causal entre el sexo, género y deseo; como también señala que el deseo refleja o expresa el género o expresa el deseo. Sigmund Freud, por su parte, postulaba que al nacer gozamos de una "bisexualidad originaria", establecida como una base psíquica, que es posteriormente reprimida. Esta represión, "es una producción discursiva que dice ser anterior a todo discurso, llevada a cabo a través de costumbres generativas y obligatorias excluyentes de la heterosexualidad normativa (u obligatoria)".

Podríamos, pues, realizar una analogía: Rosa Luxemburgo, de corriente marxista, en su libro Reforma o Revolución (no planteado como pregunta sino como una afirmación), denunciaba al capitalismo como un sistema dispuesto al fracaso, debido principalmente a sus contradicciones internas, en el cual la única forma en que sea posible abolirlo es a través de la revolución proletaria, libre de cualquier organización políticamente centralizada. **La gramática juega un papel similar que el capitalismo: Hace y deshace, gesta estructuras y relaciones de poder entre las personas; esgrimida como instrumento propio de la burguesía, esta, aquella clase que limita y define lo coherente y no coherente**. **La clase subyugada bajo ella, es justamente la que hace uso de ella diariamente para designar objetos, calificar, y generar marcas en las personas.**

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**En palabras del psicoanalista lacaniano Jorge Bekerman: el lenguaje que nos constituye como humanos nos permite gozar de producciones culturales como el cine de autor o la poesía, pero "los sofisticados goces a los que accedemos por nuestra condición de sujetos parlantes son una especie de indemnización por lo que el lenguaje previamente nos quitó".**

No obstante, el poder que gozan tanto los intelectuales como la misma plebe (tanto proletarizada como no proletarizada) va justamente en la capacidad de acción. Lo teórico con lo práctico, especialmente en la capacidad de cambiar el lenguaje y la gramática, se complementan en una relación de tipo totalizante. La praxis, en estricto rigor, es teoría a la vez. **En términos del filósofo Jaques Derrida, la deconstrucción del Género es una batalla sin cuartel alguno: La batalla adquiere diversidad de matices; sociales, políticas, filosóficas, económicas, etc. Una vez empecemos a adquirir el poder de cambiar la gramática, aquella norma que es una espada de doble filo, debido a su capacidad de hacer y deshacer, veremos, pues una auténtica revolución en materias de Género.**


Volviendo a ocupar a Nietzche a través de Butler, al alejarnos de la metafísica de la sustancia: **No existe una identidad de género detrás de las expresiones de género; esa identidad se construye performativamente por las mismas **expresiones** que, al parecer, son resultados de ésta.**

La dimensión del lenguaje podría dar para cientos y cientos de páginas más, pero eso queda a cargo de grandes filólogxs, filósofxs, sociólogxs, antropólogxs, post-estructuralistas, etc. No obstante, existe todavía una dimensión de la gramática del Género que no he abordado en este artículo y es a la cual dedicaré la segunda parte de este artículo: **Las gramaticalidades corporales.**

Sean @s, Xs, o Es... el lenguaje se encuentra sujeto siempre a un cambio constante, y al igual que la sexualidad, citando a Diana Fuss,  **es algo que es no es tanto de un descubrimiento definitivo, sino de una reinvención perpetua.**

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Bibliografía:

El Género en Disputa, Judith Butler.
La Voluntad y el Deseo, Gerard Coll-Planas.
Dentro/Fuera, Diana Fuss.
Feminismo y Críticas Literarias, Marta Segarra y Angels Carabí.