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Hay en el mundo en que vivimos un discurso que está netamente enfocado a la división de las personas bajo los criterios más diversos y a veces los más absurdos. Actualmente los esfuerzos en torno a la construcción de una sociedad más humanizada, más conectada y más comprometida en bienes e intereses comunes se ve amenazada por quienes controlan los recursos, el poder y los discurso. Ellos, (varios nombres se pueden colocar aquí, pero eso sí, muy pocos) escudados en las máscaras de sus corporativos, nos empujan a seguir consumiendo unos productos que están diseñados únicamente para aportarles los mayores beneficios, donde el impacto económico es más importante que el impacto a la naturaleza, productos a los que nos educan y programan para su consumo, productos impuestos por un sistema mundial que parece no tener salida.<br><br>

Las sociedades comienzan a darse cuenta de cómo han quedado en medio de una lucha de polos, de ideologías enfrentadas e intereses geopolíticos. Es difícil percibir en las figuras de los gobernantes una intención absolutamente enfocada en sus pueblos, al contrario, toda actividad gubernamental se ha volcado en la conservación y distribución de los beneficios del poder. Lo políticos carecen en estos tiempos de filosofías que le acerquen a una vocación de servicio y mejoras sociales. En países como el mío, México, cualquier obra pública tiene la exclusiva intención de promoverse para conseguir el voto. En la arena internacional, los políticos se declaran la guerra e insultan para beneficiar a sus empresas armamentistas y petroleras que a la vez son los que los mantienen en el poder.

Los políticos llevan un largo recorrido en cuanto a las estrategias para corromper y corromperse, pero lo que es nuevo para ellos es el despertar y la capacidad de unión de las sociedades en torno al bien común. La sociedad tiene la capacidad de superar las diferencias individuales y aprovechar esas mismas diferencias para plantearse, planificar y lograr objetivos. Las sociedades, tal vez por su naturaleza humana común, sacan lo mejor de sí en torno a las situaciones que las afectan, son capaces de la solidaridad, la generosidad, la unión y el crecimiento. Nuevamente en México tenemos ejemplos claros de cómo se puede transformar la sociedad en torno a una tragedia como los terremotos que lo han afectado recientemente. La sociedad actúa y el gobierno entorpece la acción social porque, por más ineficiente que sea, si no ejerce su poder y capacidad de manejo de la sociedad se vuelve innecesario, estorboso y sobre todo es más fácil darse cuenta del accionar superfluo del gobierno y el desperdicio tremendo que consiste mantener un sistema que no funciona para nada.

La solución para el poder es una: Dividir. Cualquier cosa es buena, el género, la raza, la cultura, la educación, la capacidad económica, la opinión, el origen, los gustos, las modas…

Es recomendable estar pendientes de los discursos dominantes, de las noticias y la intención con que son dichas, sus sesgos; en qué puntos quieren incidir emotivamente o con sensacionalismo y no con hechos; la televisión no está comprometida con la verdad sino con el rating. Hay mucha información de la que hay que estar pendiente pero hay que reconocer muy bien a la fuente y cuáles son sus intereses y relaciones con el poder para comparar la misma información en otras fuentes. Descubrir la infiltración, siempre aparece quien simula estar de acuerdo en una postura pero suele ser una figura que resulta en desprestigio de  esa misma causa; es muy importante descubrir la información en que se insiste demasiado, esa que el sentido común reconoce como falsa, pero que con el tiempo la opinión común va aceptando como verdadera. Perfiles en redes sociales que se dedican a difundir confusión, agresión e ignorancia.

Nuevas formas de relación van apareciendo en nuestro entorno y hay que aprovecharlas inteligentemente, definir con claridad las metas que como humanos y como seres sociales queremos cumplir en este mundo que está pasando por momentos de transformación radicales, que está en una crisis de contradicciones en que para muchos, el futuro es algo incierto, tal vez apocalíptico. Es momento de emprender los proyectos más increíbles, de saludar un mundo donde el miedo de vivir esté erradicado, de la cooperación y el cuidado de los demás, de la transformación general del sistema. No es un proceso rápido, ni sencillo pero es momento de los primeros pasos. Muchas más cosas hay que nos unen y lo que nos separa tan sólo está en la mente de quien nos quiere controlar.

Una es esta vida, hay que buscar la luz en su camino.