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<center>[Fuente](https://madreshoy.com/abuelas-personas-oro-corazon/)</center>


# <center>La poesía de algunos recuerdos</center>

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https://i.imgur.com/zpBzagY.png?3

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<div class="text-justify">Sus manos eran alas de pájaro. La arena del reloj se detenía en su mirada fija en cada puntada. Aunque ella parecía un helecho callado, tenía la habilidad de decirnos con los ojos. Cerca de su presencia, a veces mis pies descalzos saltaban sobre el verde descuidado del jardín y como un paraguas huérfano, era yo la que escuchaba el trueno mudo que había dentro de ella. 

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Otras veces me trepaba al árbol tutelar y desde arriba la veía trabajar como una hormiguita. Entonces ella subía el rostro y me vislumbraba entre los anteojos y las ramas más altas, y me mandaba a bajar con un simple chasquido intuyendo la oscuridad y la soledad de algunas cimas.

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Otras tardes se sentaba ahí para seguir tejiendo la manta que nos protegería del frío y yo siempre cerca, ovillada como un perro a los pies de su amo, dibujaba realidades inventadas por ella y por mí. Recuerdo que de niña el sol me deslumbraba y lo dibujaba siempre sonriente y anaranjado. Bajo un árbol mudo y protector escuchaba su voz como un murmullo: ¿abuela, con quién hablas? le decía y ella como si fuera normal, respondía: hablo con mis muertos.

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El árbol ya no existe, ella tampoco, pero cada tanto, cuando el invierno llega como ahora, saco la manta hecha por ella y aquellos pedazos de telas son un rayo de sol anaranjado y sonriente. Entonces esa luz de mi niñez huele a verde, a infancia buena. Y como arañita que cae del cielo, ella está al lado mío, mientras soy yo la que hace una colcha con sus recuerdos, que me abrigue en su ausencia.</div>

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#### <center>HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS</center>