Generalmente publico los cuentos en inglés, pero esta colección de tres cuentos cortos que forman una línea de tiempo propia me resultan especiales, así que voy a publicarlos en español inicialmente, que fue el idioma en que los escribí cuando era mucho mas joven.

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***Milagros ocurren para lo que los ven***

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La enfermera ha traído a mi hija para que la vea por primera vez, habría estado en la sala de parto de no ser por mi fobia a las salas de operaciones, no puedo entrar en una sin desmayarme. Ella es preciosa, me dejan tocarla y la cargo por primera vez.

Su madre es una buena mujer, me quiere más de lo que yo seré nunca capaz de amarla, pero le dejo hacer. Prefiero ser amado que estar solo, la soledad nos lleva a hacer cosas así. Mi hija llora suavemente, la arrullo y le abro un poco la mata para ver mejor su cara y su pecho, después de todo quiero admirar la preciosidad nacida de mi imperfección.

Cuando la veo fijo mis ojos en un lunar en su hombro, es una marca de nacimiento, pero yo la he visto antes, en otra persona que hace mucho no está viva. Casi se me escapa un grito.

- ¡Helena! – Mi hija deja de llorar y reconoce mi voz, sus ojos no me ven pero su calma me dice que me reconoce. - ¿Cómo …

Han pasado ya varios años desde el nacimiento, hoy mi hija esta preparándose para salir y ver a una amiga.

- Bueno, vuelvo en un par de horas.

- Ten cuidado, el tío de tu amiga no me agrada mucho.

- Si me pides que me quede me quedaré.

- No es eso, solo cuídate.

- Gracias Papá – *mi hija me sonríe y sale de casa.*

- Ella nunca me pide permiso para nada, aunque es muy madura y se sabe cuidar muy bien por su cuenta. – mi esposa me comenta su impresión.

- Es una buena hija – le respondo con calma, pero sin voltear a verla.

- Desde que nació solo te hace caso a ti, había escuchado que las hijas son más apegadas a sus padres, pero es que hay algo en su mirada que me sorprende, por momentos creo que se parece a alguien de tu familia, pero no recuerdo bien a quien.

- Ideas tuyas querida.

- Otra cosa, no te gusta el tío de su amiga por que es tan joven que casi tienen la misma edad o es por otra cosa.

- No es eso querida, sabes que nunca le he prohibido tener novio.

- Pero ella nunca lo ha tenido, creo que ella piensa que no te gustaría.

- Soy su padre, estoy claro que en algún momento debe abandonar el nido y volar por si misma.

- Digas lo que digas, no te gusta la idea de que se aleje.

- Las separaciones duelen, pero son parte de la vida, es duro pensar que la perderé otra vez.

- ¿Otra vez? Pero hablas como si se fuera a otro planeta, solo se trata de que crezca.

- Tienes razón querida – *Guardo silencio a partir de este momento, ella casi se da cuenta de lo extraño de mi comentario, en verdad es mi amada hija y espero con un poco de dolor que llegue la hora de irse, pero al menos esta vez mi Helena tuvo más tiempo de vida a mi lado.*