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Hace poco **Gillette**, un nombre que no necesita de presentación lanzó una campaña publicitaria que en lo personal me gustó bastante, y que también ha tenido muchísimas criticas que se pueden expresar en los dislikes del mismo. Para hacer la historia corta, la campaña trata sobre criticar y controlar la masculinidad tóxica. Ambas palabras que son demasiado utilizadas en *Twitter, Facebook* y posiblemente cualquier otra red social como modo de critica feminista hacia la figura masculina occidental, como también hecha por algunos otros hombres. En el comercial se nos muestra cómo frenar los actos de violencia machista tales como el acoso, el piropo y el *bullying*.


Lo malo es que el concepto de **masculinidad tóxica** es tan ambiguo debido a que es tan personalista, que puede variar desde todo lo anterior hasta un sujeto que enaltece a su miembro pero que a la hora del coito es un mal polvo, hasta en ocasiones es simplemente la imagen del macho musculoso con cuerpos atléticos que nos oprimen a todos los demás, como sucedió en el caso de una campaña publicitaria de un cuerpo de bomberos en España el año pasado.
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https://m.youtube.com/watch?v=7LC8Pemi71Q

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A raíz de esto han salido muchísimos hombres ofendidos, cosa que es legitima, no obstante, los argumentos no han sido muy diferentes a como cuando las feministas se ofenden. Se trata de una campaña publicitaria moderna que sigue las tendencias de hoy día, no es muy diferente a ninguna campaña publicitaria del pasado realizada por una empresa de nombre prestigioso.  Lo que no en balde es cierto, es que en años anteriores la misma Gillette hubo hecho otras campañas publicitarias en donde la figura del hombre era exaltada como la de un héroe, la de un padre, etcétera; roles más positivos que el actual, y eso no se debe a que el comportamiento del hombre occidental haya desmejorado, en lo absoluto; sólo se trata de la época en la que el mercado se halla actualmente. En aquellos tiempos, hubo guerras y muchos otros conflictos sociales que ameritaban exaltar la figura masculina del hombre blanco norteamericano para cumplir con las exigencias del momento. Exactamente lo mismo de hoy pero en el contexto donde todas las personas ameritan ser unos guerreros de la justicia social. Es lo mismo que querer salvar al planeta pero sin tener capacidad alguna para ello, sin embargo, te enteras de que comprando un café en Starbucks estarás donando una cantidad determinada de centavos que podrán ser utilizados para plantar árboles, o para alimentar niños en quién sabe dónde; no tiene que ser mentira, mas nadie suele verificarlo por cuenta propia. Las personas ameritan sentirse bien consigo mismas para luego no culparse por ser consumidores.

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#### Zizek lo explica muy bien aquí:

https://m.youtube.com/watch?feature=youtu.be&amp;v=tXPpGSdzfhE

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Puedo llegar a la siguiente conclusión luego de haber leído algo de "El realismo capitalista" de Mark Fisher:

El capitalismo precisa que existan movimientos e ideologías anticapitalistas, y entre más románticas mejor, todo para que cuando los discursos de estos estén en boga, signifique que ya el sistema pueda adaptarlos al mercado. Precisamente eso es el comercial de Gillette de esta generación comparado con el de décadas en que hubo guerra. Compras para ti o para tu novio un mensaje que te da la misma satisfacción que rezar un Ave María para un católico de la antigüedad.

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