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<p><img src="https://s9.postimg.org/r6dsy588v/hiperrealismo.jpg" width="750" height="755"/></p>
<p><a href="http://www.monicacookart.com/index.html">Monica Cook</a>.</p>
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<p>Estructura cuatridimensional matemática y física al mismo tiempo: fracturas, ilusiones de mujeres que pasan en rostros en diferentes ángulos; algo hipnagógico, que toma una forma cubista. Algo se genera en ese movimiento donde el espacio y la forma se manipulan hasta mostrar un infinito de posibilidad de espacio. El espacio donde la mujer se encuentra anulada de todo simbolismo y que sólo representa a la mujer como lo que es: mujer. Picasso, psicótico, por ejemplo. Lo que posteriormente conmovería de Picasso es justamente su ruptura con el cubismo. No. La percepción de la forma y el espacio como una expresión puramente cubista. El tiempo entonces es un círculo en sentido estricto de la palabra, no porque se repita una y otra vez sino porque no hay un principio ni un fin sino todo es el todo-mismo momento.</p>
<p>La percepción de la forma, contrario a lo que se pudiera pensar, necesariamente debe ir en contra de las leyes naturales. Lo que el artista ha tenido por llamar hiperrealismo no es sino un estado de profunda psicosis. El gestalt es deformado, traslocado, de las imágenes proyectadas en la corteza occipital, a las modificaciones que debe sufrir en las áreas mesolímbicas y corticales de asociación. Debe pues, haber un proceso de disociación de lo original para posteriormente poderlo plasmar en su forma auténticamente real, fotográfica. Así, el gestalt es lo original que se proyecta a través de nervios para dar lugar a la percepción de lo inasequible de forma natural y formar lo que podría considerarse entonces real. <em>Disociación del artista en máquina fotográfica</em>. Y si se llega a percibir en su forma original, si no existe ese proceso de recreación real de la figura, entonces se está ante trazos delirantes. ¿Qué son las figuras del Bender sino trazos delirantes? Entre más delirante más semejanza del dibujante con las líneas que traza, más parecido entre el dibujante y esas tablillas envueltas del delirio de la psicometría. La psicometría gozará de gran confiabilidad y validez pero por su propia naturaleza se niega a lo que en el terreno clínico es lo realmente importante: la sensibilidad y la especificidad. Las alteraciones visuomotoras no están en el que no sigue el patrón gestáltico del Bender sino justamente en aquel que las reproduce exactas.</p>
<p>Otro ejemplo, aparte del hiperrealismo, es la psicosis del renacimiento y la contracultura del barroco contra esas formas que buscan de forma absoluta apegarse a lo original de la naturaleza. No existe obra más delirante, más envuelta en la psicosis de su tiempo que la capilla sextina. Entonces se busca regresar a lo exagerado. Lo exagerado siempre da esa tranquilidad que sólo el distanciamiento puede dar. Como los trazos exagerados del cubismo o del impresionismo o del propio barroco. La generación de la realidad a través de dibujo debe, necesariamente, ser hipnagógico, como la aprehensión de la mujer que da vueltas en la cabeza en forma rostros-cubos o cubos-rostros. Lo mismo se da en la imaginería de lo real de los demás objetos que se perciben. Horas de insomnio. El sueño agobiado por la necesidad del amanecer, de las preocupaciones cotidianas, de los deseos cotidianos que una noche de sueño no puede dar. En las horas de insomnio se encima el delirio con la fantasía de aquella pulsión de negar la realidad del sueño y sus fenómenos hipnagógicos y oníricos. Cinco tabletas de diazepam no pueden provocar en el insomne el estímulo suficiente para que toda esa energía libidinal se aplaque en los brazos de Morfeo. El sueño agobiado por las necesidades del día es más poderoso que todas las neuronas ionotrópicas GABA A. También en el insomne, pues, hay una reeducación de lo original para darle lugar a el sentido real del insomne y su estado cerebral eléctrico no atenuado ni por dosis altas de benzodiazepinas. Los ejemplos van desde los estados ansiosos hasta el trastorno bipolar o la esquizofrenia. Así, algo pasa en el insomne, que busca desesperadamente negar el espacio y la forma del sueño en su sentido original y le da el sentido de la realidad del que busca el amanecer. En el esquizofrénico o el bipolar es ya la reestructuración de la imaginación, el espacio y el tiempo al grado de la forclusión. En el mero insomne apenas y es la negación, o su intento de negar, lo original y darle un sentido real al hecho taciturno.</p>
<p>Forma y espacio, delirio de dimensiones infinitas, no factibles en el hecho real pero sí en la teoría de lo matemático. También la forma y espacio de lo psicológico y su profundo delirio. Especialmente el HTP y el Bender. Cuatro dimensiones, cinco dimensiones; tiempo físico anulado por la mera forma que se reproduce sobrencimada en la estructura tridimensional. Así es la interpretación del árbol, la casa o la persona en donde lo visual y lo no visual, lo conceptual, determinan el sentido de las formas. Ojos, no-ojos. Cabello, no-cabello. Horripilante yuxtaposición de los elementos delirantes de las medidas de tendencia central; izquierdas, derechas, lateralizaciones orgánicas que explican a luz de factura los conflictos sensoperceptuales y de pensamiento que han desarrollado teóricos de la psicometría. La psicometría visuoespacial es un hecho cuatridimensional pero no solo en el delirio del que lo recrea sino en el de que realiza la interpretación. Par de locos. Folie à deux.</p>
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