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>*Llegar a la edad de 50 años, la edad de oro, la etapa de un nueva generación, el momento donde todo parece enredarse, no resulta sencillo para muchos. Ver caer los años y con ella ver el deterioro de la salud, confabulan para impactar sobre el estado de ánimo y emociones de las personas.*

A la edad de los 50 comienza el cerebro a trabajar de manera ansiosa torturando con cada recuerdo hasta convertirlo  en nostalgia y, ¿qué sucede?, que allí nos quedamos, nos anclamos dejándonos arrastrar hasta las profundidades menos sospechadas.

**Pero, hay solución para este mal convertido en un daño**. Reconozcamos que no somos como otras especies vivientes que no se alimentan de los recuerdos  ausentes desde cualquier óptica por donde se mire. 


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No somos plantas que pierden sus hojas con la intensión de alimentar al árbol y florecer nuevamente; tampoco somos flores que pierden los pétalos para dar paso a un nuevo nacimiento de la nueva vida; muchos menos nos parecemos a las aves que empujan a sus pichones desde temprana edad para que echen a valor y aprendan a defenderse por sí solos. Somos seres humanos dependientes de estímulos y emociones para poder reaccionar. 

**Pero, hay solución para este mal convertido en un daño**. Reconozcamos que hemos fallado  y hagamos las paces con nuestra vida pasada para que disfrutemos el presente sin el peso de la consciencia muchas ver cruel y traicionera. 

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No somos iguales a otras especies vivientes, no somos como los árboles que nunca odian al hombre a pesar de los continuos maltratos recibidos de él. No somos flores pisoteadas y despreciadas por el hombre cuando dentro de su diversidad prefieren otras especies pero aún así siguen floreciendo en los lugares más inhóspitos del planeta y siguen impregnando con su aroma el ambiente. No somos tampoco como las aves en cautiverio porque cuando aprenden a socializar, irradian alegría contagiando a los hombres. Somos seres humanos aprendiendo todos los días  y con la responsabilidad de dirigir nuestra propia felicidad sea el tiempo que sea.

A la edad de los 50 se añaden los dolores, los achaques, la depresión, soledad, sensación de abandono, el sentirse inútil, ¿y entonces? ¿Deberíamos sumar más problema hasta llegar al punto en que los demás sientan lástima hacia nosotros?

No lo creo, podemos hacer muchas otras cosas como estas que **CAUSALMENTE** me llegaron en un mensaje de texto con algunos consejos de **[Paulo André Chenso](http://felitodos.blogspot.com/2018/06/paulo-andre-chenso.html)**, médico y profesor de Londres… y con los cuales me muestro de acuerdo. 

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-	Evite pensamientos negativos.
-	Evite desperdiciar sus energías con disparates.
-	La envidia no es buena consejera, agradezca a Dios por lo que tiene.
-	Nadie dirige su felicidad, solamente usted.
-	Sonríe y ría más.
- Realice actividades que activen su cerebro.
- Haga caminatas de 20 a 60 minutos.
- Lea más libros.
- Ore y tenga encuentro con Dios.


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<h1>¡Simple y sencillo, sea feliz!</h1> <h4>¡Gracias por leer, comentar y votar!</h4>


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<center><sub>*@belkisa758. Fotografías propias.*</sub></center>