# El genio, el amor y la locura un coctel que converge en un hombre y su nombre; Luis Alfredo González.
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Al mejor estilo literario de Edgar Alan Poe o Alfred Hitchcock en cuyas obras se narra con total crueldad las inimaginables aberraciones de la mente humana, rondando el terror, la intriga, el sadismo, el suspenso y otros artificios que ponen en vilo nuestra racionalidad, es el caso de alguien muy cercano a nosotros, una alucinante historia que nos llama a reflexión por los actos cometidos, la frialdad y metodología empleada para la ejecución de una escalofriante escena que nos deja estupefactos, pues no se trata de un cuento, una novela, una narración o una película, producto de la inventiva mito o leyenda, muy cerca de tu casa, de mi casa, casi es nuestro vecino ese CANIBAL VENEZOLANO que decidió en una macabra ceremonia degollar, desmembrar y comerse a su pareja - novio del canibal- y como parte esencial del ritual luego con las sangrantes y humedecidas vísceras pintar hasta media docena de cuadros de muy variada temática y sorprendente factura en su composición, belleza y estética, a saber; un vitral con flores, un bodegón con flores y frutas; unos girasoles, una marina y un retrato de mujer sobre un horcón de madera. Incluso en uno de los cuadros están plasmadas las iniciales de Lisandro Rosales, el desafortunado difunto.
Qué misterio hay oculto en estos actos, qué motivó tal reacción, fue planificado deliberadamente entre víctima y victimario cada paso del ritual?
Se determinó que la víctima fue Lisandro Rosales García, dueño de la hacienda, hombre con el cual el homicida mantenía una relación amorosa.