Había una vez una periodista con vocación de escritora que pasó de contarles cuentos a sus oyentes para inventarlos para sus hijos. La mayoría de las veces se quedaba dormida y al despertar se habían esfumado al reino del olvido. 

Hasta que descubrió Steemit y se convirtió en el aliciente para continuar despierta y escribirlos a continuación, con el placer añadido de compartirlos con la nueva comunidad que acababa de descubrir y que le brindaba la oportunidad de vivir más aventuras que en la famosa "Comunidad del Anillo". 

Los steemians eran más generosos de los hobbits, más numerosos que las multitudes de orcos y sus fotografías retrataban una realidad que para sí quisiera el propio Sauron. Aunque lo que más le gustaba era trasladarse hasta otras personas y lugares, y conocerles a través de sus post, tan variados como enriquecedores. Pero no sólo por los votos recibidos sino por el verdadero valor de sus protagonistas, cuya valentía al mostrarse se transformaba en el tesoro del Steem. 

Y así fue que la vida de esta humilde narradora de historias cambió para bien, feliz de ser partícipe de una nueva herramienta para la democracia comunicativa en un mundo tan real como cibernético, tejido por redes de amistad. 

Muchas gracias. 

![IMG_5120.JPG](https://steemitimages.com/DQmYWz8RH5CbvEQ12wRFsebgdUiP8NiocDViV9Hjyd8P4i7/IMG_5120.JPG)

Texto y foto @gemamoreno