<div class="text-justify">Suele suceder que luego de un día donde  parece que todo estuvo en su mayoría catastrófico, un día que independientemente del ánimo o empeño que le hallas puesto a lo que hacías, de una u otra forma no tenía el desenlace esperado; terminas con el deseo y los ánimos por el suelo.</div>
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<div class="text-justify">  <h3>¿Pero qué puedes hacer? </h3>

# Tomarte un tiempo de soledad. #
 Verla de frente sin titubear, sin miedo; verla como amiga porque siempre aparece cuando ya todos se han ido. Puedes  seguir sus consejos, pues quizás para muchos sea un momento de cordura.

# Tomarte dos tiempos de  reflexión y análisis. #
Y  luego de haber conversado con la soledad, llegamos a este punto y muchas veces creemos que las cosas no van en el camino que deseamos, le damos tantas vueltas a las cosas y se nos ocurren ideas tan descabelladas que  imaginas  algún poder divino atrasandónos en nuestras cosas y etcétera (la manía de tener que echarle la culpa a alguien).
Pero lo más normal sería reflexionar, analizar y considerar las cosas con detenimiento, desarmando poco a poco lo ocurrido y así llegar al motivo de lo sucedido, sacando conclusiones (obviamente que sean válidas).  
Entonces podemos darnos cuenta que no es la mala suerte que nos produjo un mal día; sino algo que hicimos. Pero una vez leí que "un buen guerrero es aquel que se percata del error, se levanta, corrige y sigue su andar. " Sabe que no será la última ni la primera, por eso siempre mantiene la esperanza.

# Tomarte tres tiempos infinitos de esperanza. #
Si, tres tiempos. Si uno acaba, toma el otro. Siempre ten esperanza de repuesto. La creencia de que las cosas mejoraran, afianzandóte en el hecho de que casi todo en la vida es pasajero. Para que este mundo sea tal cual, es necesario tener inconvenientes, con ellos crecemos y maduramos. Pero siempre tenemos esperanza de que "todo estará mejor"...
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Luego de estos tiempos, nuestro corazón y mente descansa, un silencio interior nos ordena, alienta y anima... Solemos buscar las respuestas en el exterior, ignorando que dentro de nosotros están las mejores respuestas que podamos escuchar, sólo hace falta saber hacerlo.


<h3>Saludos cordiales, nos leemos luego...! </h3> </div>